El ahorro es una estrategia básica de cualquier empresa para optimizar los recursos existentes. En cualquier departamento se busca el equilibrio perfecto entre el gasto y cubrir las necesidades de los trabajadores. Uno de los ámbitos donde se suele invertir más de lo necesario es en la impresión.
A menudo, las oficinas ponen las impresoras a disposición de sus trabajadores, los cuales las utilizan indiscriminadamente creyendo que los recursos son limitados. Por ello, se acaba gastando mucho más de lo necesario en este ámbito. Aquí tienes 5 estrategias para ahorrar tinta al imprimir en el trabajo.
Las impresoras de oficina más comunes del mercado son las de tinta, tanto en blanco y negro como a color. Especialmente con esta segunda opción, los gastos de impresión pueden dispararse fácilmente si no se presta la atención necesaria.
Aunque existen muchos métodos para ahorrar en los costos de impresión (mediante el modelo de impresora, la elección del papel, la impresión a doble cara, etc.), la tinta es un elemento clave. Lo es porque es uno de los elementos más caros de la impresora. Es decir, siempre se invierte más dinero en los cartuchos de tinta que en otros elementos, como el papel.
Por ese motivo, el ahorro de tinta es lo más importante si buscas reducir tu presupuesto de impresión. Si consigues optimizar tu impresora inkjet y espaciar las compras de cartuchos de tinta, en poco tiempo lo notarás notablemente en tu factura. Eso te lo aseguramos.
Dicho esto, y si estás buscando desesperadamente la manera de reducir los gastos de impresión de tu oficina, sigue leyendo y compartimos contigo 5 consejos que te permitirán ahorrar considerablemente tinta al imprimir en el trabajo.
Aunque no lo creas, no todas las impresoras son iguales. Algunas requieren de un mayor volumen de tinta para sus impresiones, mientras que otras optimizan los cartuchos haciendo que duren mucho más tiempo. Pero ¿cómo saber cuál es el modelo ideal de impresora para mi oficina?
En primer lugar, la cantidad de tinta que suele necesitar una impresora dependerá de la resolución. Aquellas que imprimen en una mejor resolución, tienden a utilizar una mayor cantidad de tinta, agotando antes los cartuchos. Si necesitas una impresora funcional para tu oficina, pero solo para imprimir determinados documentos, consigue un modelo de resolución media y ahorrarás.
Ahora bien, ¿qué sucede si necesito imprimir imágenes a color de alta resolución? En ese caso, no te quedará más remedio que invertir más en tinta, aunque en este caso también tienes una posible solución para ahorrar. En los propios cartuchos de tinta suele especificarse el rendimiento de cada uno de ellos, es decir, cuántas páginas pueden imprimir.
Te recomendamos que compares bien diferentes marcas y optes por un cartucho que imprima más páginas, siempre que el precio no sea notablemente superior a otros.
Siguiendo con el concepto de la resolución, si ya tienes una impresora y no quieres cambiar ahora mismo de modelo, también es posible que adaptes la configuración de impresión.
Es probable que la impresora esté configurada con los parámetros de resolución de mayor calidad y, si los modificas, notarás como los cartuchos de tinta te duran más.
En la mayoría de los equipos modernos es posible adaptar la calidad de las imágenes impresas a tus necesidades, así que al igual que comentábamos en el apartado anterior, si en tu oficina se imprimen documentos sencillos tales como contratos, nóminas, etc., no es necesario que la calidad de impresión sea la máxima. Esto, te permitirá ahorrar tinta.
Uno de los métodos más evidentes para ahorrar tinta en tu oficina, es limitar el número de impresiones que se realizan. A veces, tendemos a disponer de las impresoras sin pensar en las consecuencias a nivel de gasto, pero lo cierto es que la tinta se acaba rápidamente y la reposición de los cartuchos no es precisamente barata.
Es muy importante concienciar a la plantilla sobre todas estas cuestiones. Los empleados deben saber que imprimir tiene un costo, y que por tanto parte de su obligación es abstenerse de utilizar la impresora a menos que sea estrictamente necesario.
Por suerte, la digitalización nos ha permitido prescindir en gran medida del papel. Puedes instaurar una política de impresión en tu oficina basada en ordenar a los trabajadores que prioricen el envío digital de documentos. Hay determinada información e incluso contratos que pueden recibirse al correo electrónico (y hasta firmarse en formato digital).
El resultado de esta política se traduce en una reducción del uso de la tinta y, por tanto, los cartuchos de las impresoras durarán mucho más tiempo.
Este es probablemente una de las estrategias menos conocidos para ahorrar tinta al imprimir en el trabajo. Cuando imprimimos un documento que por defecto es en blanco y negro, podemos pensar que la impresora utilizará solo tinta negra para ello. Pero no es así.
Especialmente si has seleccionado imprimir en alta calidad, tu impresora seguramente se valga de los cartuchos de tinta de color para proporcionarte un resultado perfecto, con todo tipo de matices. Pero esto no es necesario en muchas ocasiones.
Para evitar que suceda y ahorrar así en la tinta de color, debes seleccionar “escala de grises” cada vez que imprimas algo, o directamente en la configuración de la impresora, donde puedes marcar esta opción de forma permanente.
Al hacerlo, la máquina entenderá que no requieres una impresión a color, y en ese caso sí usará solo tinta negra, con mayor o menor intensidad dependiendo de la imagen. Este truco, desconocido por la mayoría de los usuarios, es uno de los más útiles y te permitirá ahorrar mucha tinta cuando imprimas en el trabajo. Sin duda, merece la pena que lo pruebes.
Cómo no, otra de las opciones para ahorrar tinta es la de comprar cartuchos al por mayor. La mayoría de los fabricantes ajustan los precios si les compramos grandes cantidades. El fenómeno se debe a que cuando se adquieren muchas unidades de cualquier producto, la empresa ahorra en logística y gastos de envío.
Esta reducción de costos se traslada al cliente final, con lo que podrás comprar la tinta más barata. El único inconveniente de esta estrategia es que la tinta almacenada durante demasiado tiempo tiende a secarse, de modo que tendrás que calcular cuánto tiempo vas a tardar en gastarla para no desperdiciar el producto.
Aparte de estas 5 estrategias para ahorrar tinta, tienes otras opciones que también te ayudarán:
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